Hay dos momentos fundamentales de la actividad democratica. Por un lado, la vida electoral, la confrontacion de programas; lo que llamamos la escena politica, cuyo objetivo es instituir la confianza entre ciudadanos y gobernantes. Pero hay un segundo momento constituido por las intervenciones ciudadanas que buscan corregir los olvidos, las relajaciones, y las desviaciones del poder. Los ciudadanos sancionan a los representantes no solo en las urnas: los sondeos, la presion de los medios, las manifestaciones, los recursos ante la justicia son practicas que se traducen en la institucion de la desconfianza y que representan lo que yo llamo la contra democracia. Hay una democracia de la legitimacion del poder, y una de la vigilancia y del control del poder. Contra democracia no es lo opuesto a la democracia sino la democracia no institucionalizada, reactiva: la democracia de poderes indirectos diseminados en el cuerpo social. Y cada vez hay menos eleccion de candidatos y mas descarte de personas que rechazamos por que han sido incompetentes o nos han decepcionado {...} Los ciudadanos siempre ejercieron su desconfianza pero la rebelion y la disidencia contra los poderes se inscribian en una vision global de la sociedad. En cambio hoy la critica no construye nada, se reduce a una expresion de descontento que no designa ninguna ambicion sino una decepcion que puede transformarse en demision e inmovilismo. {...} El problema de la contra democracia es su ambivalencia. Detras de la desconfianza hay una dimension positiva relacionada con la vigilancia, que consiste en poner a prueba los poderes, en obligarlos a explicarse, a hacer publicos sus argumentos, a responder las demandas de la sociedad. Pero tambien puede degradarse en una vision puramente negativa, de sospecha permanente, que hace del populismo un problema central; y creo que esta ultima dimension esta creciendo cada ves mas. El populismo es una mascara caricatural y odiosa de estas actividades de vigilancia, de control, y de juzgamiento que ejerce la desconfianza. La desconfianza puede destruir la democracia si esta separada de la participacion plitica y si se da sin una organizacion de la legitimidad. Pero en si misma es positiva porque la democracia no consiste solo en la organizacion de poderes sino tambien de contra poderes. Los canales y objetivos de la expresion politica se diversificaron: las grandes instituciones de representacion y de negociacion han disminuido sus roles mientras hay una multiplicacion de otras organizaciones especificas que obtienen resultados tangibles e inmediatos. Conviene hablar de una mutacion y no de un declive de la participacion ciudadana: estoy en contra de los argumentos usuales de la despolitizacion y repliegue del individuo en la esfera privada. Hay que romper con el mito del ciudadano pasivo.
Extracto de Entrevista aparecida en Revista Ñ, Nro 182, Pag.10, 2007.
Wednesday, March 28, 2007
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1 comment:
Very insightful
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