Wednesday, February 14, 2007

J.L.B - Elogio de la Sombra

Mayo 20, 1928

Ahora es invulnerable como los dioses.
Nada en la tierra puede herirlo, ni el desamor de una mujer, ni la tisis, ni las ansiedades del verso, ni esa cosa blanca, la luna, que ya no tiene que fijar en palabras.
Camina lentamente bajo los tilos; mira las balustradas y las puertas, no para recordarlas.
Ya sabe cuantas noches y cuantas mañanas le faltan.
Su voluntad le ha impuesto una disciplina precisa.
Hara determinados actos, cruzara previstas esquinas, tocara un arbol o una reja, para que el porvenir sea tan irrevocable como el pasado.
Obra de esa manera para que el hecho que desea y que teme no sea otra cosa que el termino final de una serie.
Camina por la calle 49; piensa que nunca atravezara tal o cual zaguan lateral.
Sin que lo sospecharan, se ha despedido ya de muchos amigos.
Piensa lo que nunca sabra, si el dia siguiente sera un dia de lluvia.
Se cruza con un conocido y le hace una broma. Sabe que este episodio sera, durante algun tiempo, una anecdota.
Ahora es invulnerable como los muertos.
En la hora fijada, subira unos escalones de marmol. (Esto perdurara en la memoria de otros.)
Bajara al lavatorio; en el piso ajedrezado el agua borrara muy pronto la sangre. El espejo lo aguarda.
Se alisara el pelo, se ajustara el nudo de la corbata (siempre fue un poco dandy, como cuadra a un joven poeta) y tratara de imaginar que el otro, el del cristal, ejecuta los actos y que el, su doble, los repite. La mano no le temblara cuando ocurra el ultimo. Docilmente, magicamente, ya habra apoyado el arma en la sien.
Asi, lo creo, sucedieron las cosas.


J.L.B. - Extraido de "Elogio de la Sombra", Pag 23, Ed. EMECE.

No comments: